El lado femenino
Una vez, cuando era joven de verdad, quiero decir cuando aún conservaba restos de acné y la pelusa, jalonándome el rostro, todavía no se había endurecido demasiado, una chica de parecida juventud me dijo que yo tenía un lado femenino muy desarrollado. En ese momento vital de hormonas desbocadas aquello me sonó a la voluntad de establecer alguna conexión o desconexión que, en cualquier caso, se alejaba de mi voluntad inmediata -no escondida, por otra parte-. Tal vez había alguna intención más a largo plazo o tal vez era, simple y llanamente, lo que se vendría a llamar un dar calabazas en toda regla.

Si he vuelto a pensar en todo esto no es por algún arrebato exsitencialista ni por alguna cuenta pendiente con el pasado. Ha sido el calor del verano en sus horas que claman resguardo y actividad sosegada. Yo he optado -en realidad era una opción casi obligada por cuestiones de espacio- por poner orden en las últimas adquisiciones culturales (música y libros, basicamente) que andaban esparcidas por mesas, mesillas, escritorios y estantes en una deliciosa anarquía de textos y canciones. A medida que iba clasificando me he percatado de que la mayoría de esos trabajos tenían detrás la autoría de una mujer. Estilos y lenguas diversos, propuestas que muchas veces tienen poco en común salvo que son mujeres sus creadoras. Puede que sea casual, pero tengo la intuición de que no lo es. Nunca he creído que exista un "arte femenino". Existe el arte sin más y sus infinitas sensibilidades, de hecho, más bien me entristece que tengan que existir muestras colectivas en diferentes facetas artísticas donde se tenga que reivindicar el papel de la mujer como creadora artística. Mal síntoma. Como mal síntoma es que tengan que existir ONG's del más variopinto pelaje para paliar las insufribles desigualdades de un sistema que nos empeñamos en perpetuar. Afortunadamente son más cada vez los modelos alternativos y mi optimismo me quiere hacer creer que, a base de tiempo e incesantes dosis educación en valores de igualdad y respeto, saldrá algo bueno del fangal en el que andamos inmersos. Decía que no creía en el "arte femenino", pero sí que creo en personas, mujeres u hombres, con un talento excepcional para el arte en sus múltiples formas.









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